Cuando consumimos un helado se combinan diversas sensaciones y propiedades que lo convierten en un producto único, que no debe limitarse a una ingesta esporádica. El helado es un alimento de alto valor biológico y una importante fuente de calcio, proteínas y otros nutrientes como la vitamina B y D para todos nosotros.
La percepción del gusto, del frío en la lengua y en la boca, sus diferentes aromas, texturas o cremosidad lo dotan de una sensación de frescor difícilmente comparable a cualquier otro alimento. En el consumo de helados existe un tempo al comer, ni demasiado lento ni demasiado rápido, porque este manjar determina un tiempo determinado de disfrutar del mismo.
El helado, es una comida ideal para la merienda. Debemos ser conscientes de que los helados son un producto de gran aceptación entre los niños. El motivo de su popularidad entre los más pequeños de la casa es la presencia de leche en su composición. Es por eso que debemos ser capaces de aprovechar esa fuente de calcio para los más pequeños de la casa.
El helado una fuente de calcio
Los helados elaborados con leche pueden llegar a contribuir al aporte de calcio necesario en la dieta. El calcio de los helados de leche, desde el punto de vista nutricional, es equiparable al de la leche. El aporte de calcio de 100 ml de algunos helados de leche es comparable al de 100 ml de leche.
Los helados de base láctea, junto con los bocadillos que incorporan queso, son los productos que contienen un mayor porcentaje de este elemento: el calcio. Su alto contenido en calcio supera ampliamente al de la bollería (industrial o no), además de tratarse de un calcio que el propio organismo puede aprovechar mejor para su desarrollo.
Los helados y los niños
La presencia de la leche en los helados artesanos es el principal argumento para integrar los helados en la alimentación de los niños (consumo periódico y sin excesos). No obstante, también pueden establecerse diferencias nutricionales entre los helados por el contenido y el tipo de grasa incorporada.
Los helados de leche pueden contribuir positivamente a las necesidades nutritivas de los niños, siempre y cuando se integren en su alimentación en unas porciones de consumo ajustadas a sus necesidades.
En definitiva, los valores positivos de los helados de leche para los niños son, al igual que para los adultos, su contenido en proteínas de alto valor biológico y en calcio biodisponible.
¿Qué es lo que convierte el helado en un alimento nutritivo?
El elemento del calcio es importantísimo y protagonista. Es por eso que los helados que contienen leche son una muy buena alternativa para contribuir al aporte dietético de calcio, especialmente en la infancia, adolescencia, gestación y lactancia; y también en personas de edad avanzada.
Por otro lado, encontraríamos a las proteínas, las cuales tienen una función más estabilizadora, de defensa y a la vez de regulación de funciones metabólicas de nuestro organismo.
Finalmente encontramos los glúcidos y las grasas. Los glúcidos son mayoritariamente azúcares. Son beneficiosos para la flora intestinal y favorecen la absorción del calcio. Y las grasas son fundamentalmente las derivadas de la leche o de las grasas vegetales.
Por otro lado el helado tiene un alto valor energético y debemos ser conocedores de que tomar helados es una forma muy agradable de consumir nutrientes de alto valor biológico y por lo tanto también energético. La aportación por cada helado oscila entre unas 150 y 300 kilocalorías/100 gramos.
El helado es apetitoso, refrescante y fácilmente digerible. El helado puede constituir una agradable y fabulosa integración alimentaria para niños e incluso personas adultas que tienen problemas de masticación.
¿Cómo lo podemos integrar en la alimentación infantil?
Tradicionalmente los helados han sido consumidos como postre de todas las comidas. El postre, probablemente sea la comida más adecuada desde una perspectiva puramente dietética.
No ocurre lo mismo con el “picoteo” entre horas que también se da con el alimento de los helados y que es una práctica que, en términos generales, resulta muy poco recomendable nutricionalmente, ya que implica el hecho de modificar en negativo el equilibrio nutricional y con varios tipos de alimentos a la vez.
Hoy en día, el helado se puede comprar o hacer en casa, sólo se necesita leche, huevos, azúcar, tiempo, un congelador y un poco de dedicación y paciencia para poder degustar un magnífico helado hecho por nosotros mismos, aunque siempre se puede venir a disfrutar de un buen helado en las heladerías de Horchateria Sirvent de Barcelona.
Por si alguna vez te has preguntado sobre el origen del helado te dejamos un enlace para que sepas su historia.